Mgter. Maria Rosa Pronesti : LA INQUIETUD DE LA FALTA EN SER
- alain.charreyron
- 26 mars
- 12 min de lecture
Dernière mise à jour : 28 mai
Nous sommes heureux de publier ce texte important de Maria Pronesti. qui pratique la psychanalyse en Argentine.
Nous avons à l'APPS abandonné en 2021 toute référence à la psychanalyse en quittant le terme de "psychanalyse sociale" et nous développons depuis l'analyse pratique concrète des transferts de valeur et l'analyse du transfert des contradictions sociales dans le mental.
C'est en référence avec cette analyse des contradictions et sa dialectique pratique que nous publions un texte psychanalytique. Il s'agit en effet de travailler dans les oppositions dialectiques de valeurs qui fondent le travail intersectionnel. Nous le publions car Maria Pronesti travaille la base du social qui nous est commune et c'est à partir du commun qu'il convient d'analyser les différences.
LA EXPERIENCIA Y EL PENSAR

“Cuál es el gran dragón, al que el espíritu”
“no quiere llamar ya señor ni dios?”
“El gran dragón se llama ‘Tú debes’.”
“Pero el espíritu del león dice ‘yo quiero’.”
Nietzsche, “Así habló Zarathoustra”
A partir de una imagen reflexionaré sobre las virtudes del psicoanálisis y su convocatoria del deseo, promotor de un goce vital del sujeto. Pensaré también sobre la eficacia de la didáctica de la filosofía a niños y adolescentes, en lo que significa la experiencia del pensar, en relación al arte y la ciencia.
Con respecto al concepto de experiencia les adelanto que, debido a su complejidad y a su relación con la historia de la filosofía, lo voy a considerar en su devenir, primero como constitutivo del proceso gnoseológico de la “relación sujeto-objeto” del sujeto moderno y sus avatares, siempre ligado a la certeza.
Luego, lo haré enmarcando su incidencia en la subjetividad, con la subversión que Lacan, desde su práctica, teoriza acerca de la lógica del cogito cartesiano. Momento en que, pienso, se produce una crisis del sujeto de la experiencia basado en la certeza.
De Descartes a Kant, hubo una torsión del punto de apoyo del sujeto hacia el objeto. Kant concibe, justamente, como un giro copernicano su aserción de que el sujeto es activo para conocer pues, hasta él, se había sostenido al objeto imprimiéndose en el sujeto. Voy a sintetizar:
A través de la Estética, la Analítica y la Dialéctica Trascendentales Kant despliega, respectivamente, los conceptos de Sensibilidad cuya facultad es percibir (mediante las formas puras o a priori espacio y el tiempo –condiciones de posibilidad de toda experiencia); de Entendimiento cuya facultad es comprender los fenómenos referidos a un concepto (conceptos a posteriori de la experiencia y puros o categorías); de Razón cuya facultad es la de argumentar. Argumentaciones que resultan ilegítimamente correctas cuando se aplican a Dios, la libertad y la inmortalidad (metafísica).
De manera que el filósofo oscila entre un empirismo, cuando afirma que el conocimiento necesita de la experiencia y un racionalismo que sostiene que no todo el conocimiento provendría de la experiencia. Aunque ésta siempre se dirime en oposición y en referencia a la cientificidad del conocimiento ligado a la certeza, en el acto del conocimiento. Desde Descartes, la certeza enmarca al cogito: allí donde pienso, allí yo soy ciertamente.
Pero qué dijeron otros filósofos acerca del pensar?
Hay una aproximación de Heidegger al problema del pensar relacionado a un proceso que él llama “desertización”, a propósito de una crítica a su época, y al espíritu de “progreso”. En “Qué es pensar” (“Was heiBt denken?”) dice: “(L)o que más merece pensarse en nuestro tiempo problemático es el hecho de que no pensamos” .
En la quinta lección afirma: “…el aprender no se puede lograr a fuerza de regaños” “pero a veces hace falta gritar” porque -y cita Nietzsche: …”¡el desierto crece!…” “¡Ay de aquel que guarda desiertos!”. Allí introduce la “desertización” como ”el rápido curso de la expulsión de Mnémosyne…”
Para Heidegger el pensar se presenta en el ser. El pensar es como el árbol florido al que si no avistamos al caminar ante él, estará escabulléndose. El ser como presencia del ente. Estará allí desde siempre; como ob-jectum; pero sustraído a la mirada. Caminar en el bosque hasta llegar al claro, después de saltar el abismo. Una metáfora del método heideggeriano.
Es una crítica al ser de la metafísica presocrática hasta la filosofía medieval en que, desde Sócrates, se lo ha encubierto con el ente. Todo lo que transcurre como pensamiento es una re–presentación, vía imagen, que se hace el hombre de las cosas, no un verdadero pensar.
Como vemos hay un pasaje del registro de lo óntico a lo ontológico. Del ente al ser del pensar. Se de-vela el ser del ente en la casa del Ser. El Dasein, el ser ahí del hombre. Pensar se alcanzaría por un Acto de intuición –fenomenológico existencial, del ser de la ex-sistencia, es decir, pre intelectual, empírico, donde, curiosamente, si conocer no es pensar, desaparece nuestra relación sujeto-objeto.
Heidegger llama desertización a un proceso devastador de raíz. A mi entender, y en cierto sentido, yo rescataría este nihilismo entendido como desierto estéril de toda fertilidad. Es el nihilismo moderno que impulsa a todos al desierto del aparente perfecto conocimiento, pero sin Mnémosyne. Sin la rememoración, el llamado del anhelo que nos piensa.
No es el transcurrir necesario a la creación, como alguna vez lo entendió Nietzsche en su juventud, al mencionar con el significante wildnis una forma positiva del nihilismo del desierto en el que, necesariamente, debiéramos sumergirnos para crear.
Sin embargo, en Nietzsche se encuentra también el significante que negativiza la metáfora del desierto. Es la palabra wüsten, sustantivo del que deriva un adjetivo que alude un desorden, causa de libertinaje. Wüste califica un desierto que solamente deja crecer ciertas plantas cuya fortaleza y resistencia intrínseca les permiten sobrevivir.
Veo aquí una metáfora, exquisitamente siniestra, de la ideología nazi que solo creía en la sobrevivencia de cierta raza como “viable” para la cultura -la raza aria. También, creo yo, inspira a cierto liberalismo o neoliberalismo actual que rescata, en su esencia ideológica, un darwinismo social en el que sólo los más fuertes o resistentes a la incertidumbre o licuación económica, que les corresponde soportar, lograrían triunfar.
Hoy, desde nuestro atalaya histórico podemos testimoniar, que tanto Nietzsche como Heidegger cedieron en su deseo frente al torpor de sus respectivas épocas.
Mientras Nietzsche va apagando su voz y va entregándose a la locura, abandonando su grito en el silencio de su propio desierto -su propio wüsten; el Heidegger de la década del ’30, cae en la trampa cuando cede en su deseo y se aboca, desde el púlpito del saber, a la voluntad de poder, convalidando un desierto devastador.
Opta por cooptar al otro a una ideología hegemónica al apoyar al nazismo naciente de Hitler desde la cátedra, como rector de Friburgo. Es decir, escoge el goce que le da la certeza del poderío nazi, dejando así caer la disposición a la inquietud de pensar.
Pero, por qué el verdadero pensar es inquietante?
EL SILENCIO DE LOS SIGNIFICANTES EN EL MALESTAR DE NUESTRA CULTURA.
Para Heidegger el Otro Pensar es la des-ocultación de una verdad, la Aletheia griega.
Su crítica a lo que es el no pensar coloca a la literatura de su tiempo en el casillero de lo aburrido. Se quiere pensar desde lo abominable de la época y se habla del ocaso de Occidente, dice. Veo aquí una clara alusión a la obra de Albert Camus.
Hay que reconocerle a Heidegger un optimismo tout court en esta persecución del pensar y su epifanía casi diría como destino del hombre por fin esclarecido de lo que se le sustrae. Sin embargo, nuestro presente no le da la razón, en cierto modo.
Camus llamó al siglo XX siglo del terror. El siglo pasado que podríamos decir que no pasa. Un tiempo en el que proliferó en el mundo un silencio “desatinado” y atronador. No es el silencio de los sonidos sino de los significantes, el que tuvo sumida a la humanidad a una violencia, originaria en el hombre y que éste experimenta en el absurdo.
Para Camus, sería necesario reconstruir un goce por afuera del mundo de las cosas, que está repleto de un silencio pleno. “Il faut se revolter”, dice. Hay que sublevarse, indignarse frente a este estado del mundo. Hay que escuchar al otro. Este acto ya es revulsivo. A la cooptación el escritor opone la persuasión, la disposición al diálogo.
Hoy, es preciso ahondar sobre cuál es el sonido furioso del silencio del desierto en el que estamos inmersos, en el malestar actual de nuestra cultura. Es un grito munchiano que tiene como horizonte la certeza de la robótica. Es un silencio rugiente, apestoso, que avala una tecnología que eyecta lo humano como un resto. Sin palabra y sin Simbólico. La mirada es reemplazada por el ojo y la escucha por el oído. La piel por el vidrio del celular. El porvenir es el robot actual y el del siglo que viene. Como verán la peste finalmente ha llegado.
Hay un todo-imaginario deglutido en las redes. Una retórica. Un draconiano “Tú debes”. Habrá que sublevarse, entonces, enseñando filosofía a los niños y a los adolescentes. Devolviéndole al discurso el interrogante socrático que convoca, en el lazo social, la inquietud de la falta de sentido a favor del deseo. Aunque la cicuta esté esperándonos a la vuelta de la esquina.
La peste es la imposición al montaje de ese silencio de significantes en el mundo. El ruido de las bombas, del televisor prendido, del cable en la oreja. Un grupo de adolescentes enfocados en sus celulares al costado de una obra de arte que no es interrogada. El todo-imaginario, la Internet, prevalece.
Imposibilidad de diagramar nuestro mundo para inventarlo una y otra vez. A la manera del diagrama que pinta Bacon en sus telas. Espacios inéditos dentro de espacios convencionales. Nuevas figuras dentro de las figuras para salir de lo figurativo. Significantes que se intercalen en un bien decir para descubrir nuevos. Y así expresar lo inexpresable.

Frente al silencio de los significantes de nuestra época, qué puede hacer el Psicoanálisis?
LA INQUIETUD DE LA FALTA DE SENTIDO
La expresión “Non-sense!” de los ingleses en el lenguaje corriente para invalidar el dicho del otro, se traduce en nuestro “No tiene sentido!” que se usa en el mismo contexto. Destaco que el “Non sense!” no denota precisamente ninguna inquietud relativa a la falta de sentido sino lo contrario. Ubica un goce en la certeza, en la solicitud compulsiva del saber y no de la verdad. Generando un pensar que llamo “de acumulación objetivante”.
El malestar “actual” sigue la misma evolución moderna del lenguaje del discurso corriente: al pasar de un “esto soy” (“ce suis-je”) al “soy yo” (c’est moi”), es decir, “esto es yo”, el sujeto moderno se desentiende de su responsabilidad.
“El yo del hombre moderno ha tomado su forma… (…) …en el callejón sin salida dialéctico del ‘alma bella’ que no reconoce la razón misma de su ser en el desorden que denuncia en el mundo.” Esta mirada de sí, aunque necesaria, es objetivante. Cito: ”es esta enajenación (alienación) más profunda del sujeto de la civilización científica…”.
Un ejemplo: la identificación a los productos lenguajeros psicoanalíticos modernos; el individuo se autocalifica ‘histérico; ‘obsesivo’; ‘fóbico’; ‘drogadicto’; ‘transexual’. Sin embargo, en el mejor de los casos son las posibles posiciones neuróticas –o no, del sujeto transferencial.
¿Por qué el sujeto adviene “histérico” u “obsesivo” sólo en relación transferencial?
EL DESIERTO CRECE Y EL DESAMPARO ES SU MARCA.
Una respuesta es: porque en el desierto al que hemos sido arrojados hay Otro que nos precede. Es el A(otro) del lenguaje. Soy hablado por este Otro del lenguaje, y en tanto es así, este Otro habla en mí y determina mi estructura, cada vez que establezco una relación de demanda de amor, que de esto se trata la relación transferencial, se desenlaza una rememoración de mi relación con el Otro primordial. Encarnado, éste permite que mi necesidad se desdoble en demanda de amor. Se trata de convocar, desde el analista y mediante la impostura de un Sujeto Supuesto Saber, al sujeto del inconsciente (Icc.)
Existe una experiencia nihilista fundacional del ser hablante, que remite al primer llanto de dolor. Es la llamada al Otro, cuya eficacia al responder nominando ese sufrimiento, determinará la dimensión del trauma del desamparo inicial. Si no hay respuesta, la desertización del Otro crece y esta experiencia puede llevar a la muerte biológica. René Spitz lo llamó “hospitalismo”.
Hay otro tipo de ausencia de la cual depende la capacidad de simbolizar de un bebé. Si casi todo en la crianza va bien nace el pensamiento como experiencia estética y el símbolo como modo de referencia al Otro(A), en una operación de hacer de una ausencia una presencia, pero ahora diferente al referente.
Freud nos regala un recuerdo de su nieto jugando al carretel, desenrollándolo a la voz de ¡Fort! ¡Da! ante la partida de la madre que desaparece de su vista.
Dice Lacan: “(…)” “…así el niño empieza a adentrarse en el sistema del discurso concreto del ambiente, reproduciendo más o menos aproximadamente en su ¡Fort! y en su ¡Da! los vocablos que recibe de él”.
Una manera de transitar el desierto hacia la recreación de la palabra como símbolo y no como imagen. Hay una falta constitutiva del sujeto, la falta en ser. Es la falta del objeto de satisfacción que pasa a la falta del objeto de amor. En la caída del objeto (a) reside justamente el nacimiento del sujeto escindido.
Qué quiere decir que está escindido? Que está dividido entre el sentido que el discurso del Otro le dio a los objetos libidinales en relación a sus necesidades, y aquello que se ha reprimido. Allí se instala un hiato. Un no sentido.
Pero cómo lo sabemos? Lacan ubica la falla del saber por donde la verdad se cuela. Algo contingente, un equívoco, un lapsus, un sueño. Lo Real: el objeto (a) causa de deseo. Aquello que se sustrae y comanda mi deseo. ¿Entonces, hay una verdad en el no sentido? Tam-poco; con la connotación de homonimia que da este significante. Hay in-completud. Falta en ser.
¿Qué resta, pues, de la relación gnoseológica en el psicoanálisis?
LA VIOLENCIA SIMBOLICA DE LA RETORICA DEL IMAGINARIO SOCIAL
Hay una inversión. Del “si pienso soy”, el psicoanálisis pasa a la lógica del “pienso donde no soy y soy donde no pienso”. Sujeto del Inconsciente. Deja de ser ¿qué?: el sentido pro-puesto por el Otro. En esta separación se juega la libertad humana. No ceder ante el propio deseo frente al deseo del Otro incluye, entonces, el aforismo freudiano: “Wo es war soll ech werden”: Allí donde el ello era, que el sujeto del Inconsciente advenga.
El silencioso lazo social establecido en el diálogo entre la mirada y el arte está expuesto a la angustia de castración. La inmediatez de la información la calma. Denuncio este acto como violencia simbólica del poder de la época, ya que sólo podemos percibir cierto bien decir del arte o de los otros o del Inconsciente.
La retórica del Imaginario asociada al uso de las letosas y a la robótica, degrada el Simbólico. El deseo resulta engorroso frente a la velocidad del ¡goza, “Tú debes” pasar al acto! de nuestro siglo.
El Simbólico queda lejos del parloteo de la retórica de las imágenes y cerca de un goce vital. Retórica desprovista aún de aquello que no se nos sustrae al pensar: la falta que nos permite la disposición al deseo del sujeto relanzado en un ¡Fort! ¡Da! infinitamente renovado. La didáctica del pensar a través del aprendizaje del filosofar, puede ejercer una suplencia simbólica al todo-imaginario al que nuestros adolescentes y niños son inmersos: el mundo virtual, nuevo ambiente de lenguaje de nuestro tiempo.
Resumen
Durante su experiencia con las letosas, en su trabajo como psicoanalista y docente, la autora se encuentra con una imagen de Internet. Esta desencadena su pensar sobre las virtudes del psicoanálisis y su convocatoria del deseo, como promotor de lo que llamará un goce vital del sujeto y sobre la eficacia de la didáctica de la filosofía para los niños y los adolescentes, en lo que significa la experiencia del pensar, hoy día, en relación al arte y la ciencia.
Palabras clave:
Deseo, Goce, Filosofía, Experiencia, Pensar
Abstract:
During an experience with the gadgets at work, in her consulting room, the author found herself with an image in the internet. That released her thoughts about the virtues of the psychoanalysis and its appealing of desire, as a promoter of what she will call a subject’s vital joy and its effectiveness of the philosophy’s didactics for the children and teenagers, in what will mean the experience of thinking, nowadays, regarding art and science.
Key words:
Desire, Joy, Philosophy, Experience, Thinking
CURRICULUM VITAE
Mgter. MARIA-ROSA (MARISA) PRONESTI
Es Master en Sociología de la Cultura y Análisis cultural, por la UNSAM, (2009). Tesis en curso.
Especialista en la Atención y Rehabilitación de las Adicciones, Por el (CEA) Centro de Estudios Avanzados de la UBA (1988)
Licenciada en Psicología, por la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (1975)
Bachiller, por la Universidad de la SORBONNE - PARIS IV (1969)
- Ha publicado sobre Práctica Clínica y Derechos Humanos;
- sobre la Interdisciplina entre Medicina y Psicoanálisis: “Algunas consideraciones acerca del dolor”, en la Revista “Actualidad Psicológica”.
- Ha sido Conferencista en Congresos Nacionales, Regionales e Internacionales y Provinciales sobre: Género; Violencia Simbólica; Trauma y Urgencia, entre otros temas.
- Ha participado en calidad de Titular y Adherente, Alumna, Observadora, Coordinadora, Relatora y Docente en distintos eventos y seminarios sobre Cultura y Desarrollo Sustentable, Organización social, Ciudadanía y Cultura. Prevención Primaria y Roles Profesionales en el Campo de la Salud Pública.
- Ha organizado y/o coordinado Talleres con los siguientes temas: Prevención de la Violencia Social, Escolar y Familiar, Políticas Públicas, Educación Permanente de Adultos, Formación de Formadores, Derechos Humanos y Asuntos Comunitarios.
- Ha disertado sobre la competencia de la Interdisciplina entre las Ciencias Sociales, la Pedagogía y las Ciencias Políticas; la Psicología y la Psiquiatría.
-Actualmente es Psicoanalista, Docente y Directora de Clínica psicoanalítica, (Freud-Lacan), en Psi Instituto.
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